Las vacaciones sirvan para descansar, relajarnos y divertirnos, pero no necesariamente tienen que engordar. Estas ideas te ayudarán a conseguirlo.
Duerme un mínimo de 7 horas. Además de levantarte descansado, conseguirás que las hormonas que regulan el apetito estén bien equilibradas, por lo que podrás controlar mejor tu peso.
Realiza 5 comidas al día y procura incluir en todas ellas alguna pieza de fruta o verdura. Repartir la ingesta diaria en 5 tomas te ayudará a sentir menos apetito, a regular tus niveles de glucosa y a evitar que tu cuerpo almacene reservas de grasa. ¡Todo son ventajas!
Evita que vacaciones sea sinónimo de sedentarismo. Las siestas y las tumbonas de playa están muy bien, pero no olvides dedicar algún momento del día a moverte con cierta intensidad. Un partido de tenis, un paseo por la playa, una excursión por el campo…Todo vale siempre que sirva para que tu organismo se active durante un mínimo de 30 minutos al día. Tampoco es tanto, ¿no?
No abuses del alcohol. A diferencia de otros productos, las bebidas alcohólicas no indican su contendo calórico en las etiquetas y generalmente, es un dato que pasa desapercibido. Si a la cerveza del aperitivo (150 Kcal) le añades una copa de vino (125 kcal) y un mojito de postre (150Kl), sólo en las bebidas de la cena habrás ingerido unas 450 kcal.
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