En otoño los días se acortan y hay menos luz natural, dos circunstancias que hacen que muchas personas sufran bajones anímicos coincidiendo con la llegada de la estación. ¿Cómo se pueden combatir? ¡Te dejamos cinco pautas que te pueden ayudar a levantar el ánimo!
Cuidar la dieta
Hay alimentos que por su composición nutricional ayudan especialmente a sentirse mejor desde el punto de vista emocional. Son principalmente aquellos que favorecen la segregación de serotonina, un neurotransmisor que intensifica las sensaciones de bienestar.
La acerola, típica del otoño, la naranja, el kiwi, el pomelo o el limón, son algunos de los más importantes por su contenido en vitamina C.
La vitamina B9, de la cual presumen las legumbres, la borraja, la calabaza, la lechuga y el tomate, también contribuyen a elevar el ánimo. Las legumbres, además, igual que los frutos secos, son también ricos en magnesio y triptófano, por lo que vale la pena tenerlos en cuenta si notamos que nos da bajón.
No olvidemos que el triptófano es un aminoácido esencial que el organismo utiliza para producir serotonina y regular el estado de ánimo.
Descansar y dormir bien
El sueño y el descanso están directamente relacionados con el ánimo. Cuando dormimos menos horas de las que necesitamos el cuerpo hace un sobreesfuerzo que, a largo plazo, acelera el envejecimiento y a corto nos lleva a sentirnos peor y a comer de forma desordenada. Los adultos deben dormir un mínimo de 7-8 horas para estar bien, tener un óptimo rendimiento intelectual y no sentirse decaídos. Un cuerpo bien descansado es la mejor forma de afrontar el día con energía y subir el ánimo.
Hacer ejercicio
Una de las formas más efectivas de generar endorfinas, las llamadas hormonas del bienestar o de la felicidad, es practicar deporte. El ejercicio físico debe adaptarse a las condiciones personales de cada uno, y lo ideal es hacerlo unas tres veces por semana y con una duración superior a 30 minutos por sesión. Vale caminar a buen ritmo, nadar, bailar, ir al gimnasio, pedalear…
Meditar
La meditación y el mindfulnes (practicar la atención plena) tienen beneficios positivos sobre el estado de ánimo. Permiten librarse de las ideas obsesivas y negativas, fomentan el autocontrol y aportan serenidad, por lo que son una práctica muy recomendable en cualquier momento del año, pero especialmente cuando la persona se encuentra inestable o decaída.
Dedicarse a actividades placenteras
A pesar de que el día a día puede resultar agotador y demasiado intenso, buscar un hueco para uno mismo con el objetivo de dedicarse un rato a aquello que resulte gratificantes puede inclinar la balanza hacia un mejor estado de ánimo. Además, estas actividades contribuyen a la socialización y a luchar contra el aislamiento, un aspecto a tener en cuenta por sus efectos beneficiosos cuando se trata de superar rachas emocionales más bajas.
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