Sabemos que las verduras no suelen ser el plato preferido de los niños y que a algunos adultos les sigue costando, pero las verduras de hoja verde deberían incluirse a diario; da igual que sea en la comida o en la cena; como plato principal o como guarnición, en forma de ensalada, de crema, de batido, de tortilla o estofadas…, las verduras de hoja verde son una auténtica fuente de salud de la que no podemos, ni debemos, prescindir.
La madre Naturaleza nos ofrece un gran surtido amplísimo de posibilidades, así que no será por variedad donde elegir: lechuga, escarola, acelgas, apio, brócoli, berros, espinacas, col, coliflor, coles de Bruselas, canónigos, rúcula, kale (col rizada)… y todas, en mayor o menor medida, contienen nutrientes indispensables para el organismo.
Las hojas verdes son muy ricas tanto en minerales como en magnesio, que necesitan tus músculos, tus huesos, tus cartílagos y tu sistema nervioso. También aportan calcio (básico para huesos y dientes), fósforo, zinc, flúor, potasio y mucho más.
A destacar que muchas tienen un interesante contenido en hierro, importante porque es la “materia prima” que utiliza el cuerpo para “fabricar” la hemoglobina de la sangre.
También encontramos en los alimentos verdes una gran cantidad de vitaminas, con todos sus beneficios como antioxidantes. Las más importantes son la vitamina A (buena para la vista), la vitamina C (defensas y articulaciones), la vitamina D (huesos), la vitamina E (buena para la piel y para la vista), y algunas vitaminas del grupo B (beneficiosas para la formación de glóbulos rojos, para el sistema nervioso, la vista, la piel, el cerebro…).
Otra ventaja del consumo regular de verduras de hoja verde es que ayudan a mejorar el tránsito intestinal gracias a su alto contenido de fibra.
Y por si todo eso fuera poco, numerosos estudios científicos concluyan que “comer verde” puede tener un efecto protector frente a diversos tipos de cáncer.
Para terminar, unas recomendaciones prácticas que te ofrecemos desde el blog de Aquilea:
– En la variación está el beneficio. Variando las verduras que consumes, equilibrarás el aporte nutricional de tu dieta.
– Aunque pueden cocinarse de distintas maneras, es mejor no pasarse con la cocción y, siempre que sea posible, consumirlas crudas.
– Dar preferencia a los productos de temporada y de proximidad.
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