Según datos de la Sociedad Española de Reumatología, el dolor de espalda es uno de los problemas de salud crónicos más frecuente en nuestro país. Y aunque pueden tener diferente origen y deberse a distintas causas, aliviar y prevenir algunos dolores de espalda puede estar en nuestras manos. El secreto está en revisar algunos hábitos y en prestar atención a una serie de gestos que solemos hacer sin darnos cuenta. ¡Fíjate bien!
Las posturas que adoptamos durante la jornada laboral son determinantes. Sentarse correctamente, con la espalda bien apoyada, o permanecer de pie con el peso corporal bien repartido son gestos que vale la pena tener en cuenta porque, a largo plazo, pueden ayudar, y mucho, a evitar problemas.
El estrés también tiene impacto sobre la musculatura de diversas zonas de la espalda. La tensión se acumula y puede acabar produciendo contracturas y episodios de dolor. Para prevenir y afrontar el estrés, nada mejor que aprender a relajarse y practicar de manera habitual estiramientos lumbares, dorsales y de cuello. También puedes tomarte una infusión con propiedades relajantes, como AQUILEA INFUSIÓN TRANQUILIDAD.
El ejercicio físico es un buen aliado de la salud en general, y de la musculatura en particular. Una espalda que se trabaja correctamente, no solo tendrá unos músculos fuertes y tonificados, también será más flexible y tendrá un mejor riego sanguíneo. No hay que olvidar que los músculos de la espalda deben estar en forma porque tienen una función estabilizadora y protegen las estructuras más débiles de la columna. Si quieres empezar a ponerte en forma, te recomendamos el artículo: Ejercicios básicos para mantenerse en forma.
A la hora de levantar objetos pesados del suelo es importante agacharse doblando siempre las rodillas, evitando inclinar la espalda y apretando la musculatura abdominal. De este modo, y levantando lentamente el objeto lo más cerca posible del cuerpo, se evitan muchas lesiones lumbares.
Es importante evitar el sobrepeso ya que la columna vertebral de las personas que lo padecen tiende a compensarse para poder estabilizarse, y lo hace inclinándose hacia delante o bien hacia atrás. Ese gesto mantenido durante cierto tiempo, produce una curvatura antinatural de la espalda que suele acabar con dolor. Una razón más para controlar el peso.
Los zapatos con tacón alto pueden alterar la manera de distribuir el peso del cuerpo, de modo que para contrarrestarlo, se curva la espalda al andar y las vértebras de la columna sufren. Lo mejor es utilizarlos sólo de forma puntual.
Por último no está de más revisar que dureza del colchón se adapte bien a la forma del cuerpo y procurar que la postura que se adopta a la hora de dormir sea la más recomendada; de lado, en posición casi fetal y con una buena almohada que evite posturas forzadas en el cuello, además en la postura en la que dormimos afecta a nuestro cuerpo. ¡Recordemos que nos pasamos 1/3 de la vida en la cama!
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